Por otro lado, el miedo a la inflación agita a los mercados y la rentabilidad de la deuda pública ya ha subido de forma notable desde el primer trimestre del año.
En cualquier caso, si en la crisis se reaccionó rápidamente con grandes compras de deuda, ahora puede ser el momento de empezar a reducir la inyección masiva de dinero, todo ello sin dañar la actividad económica y evitando al mismo tiempo el regreso de la inflación. Todo un reto. Esperar que la inflación se disipe sola puede ser un riesgo peligroso, además de chocar con la visión alemana, que, como hemos dicho, por motivos históricos es especialmente sensible al tema.
Ante una previsible subida de tipos de interés ya sabemos lo que sucede con la renta fija y los fondos que invierten ella, que el precio de los bonos varía en sentido contrario a los tipos de interés, como nos contaba Malkiel1 en el primero de sus denominados principios.
Si un bono de nominal 1.000 € tiene una vida pendiente de 2 años y paga cupones del 5,5% y el tipo de interés del momento es del 4,0%, el valor teórico de dicho bono es de:
Si el tipo de interés del mercado se incrementa al 5%, el precio del valor del bono pasa a ser:
Un 1,0% de subida del tipo de interés ha supuesto un menor valor del bono de 18,99 €, o un 1,85% sobre su precio teórico anterior.
Añadamos que Malkiel también nos decía (segundo principio) que, si dos emisiones difieren solo en el valor del cupón, para una misma variación del tipo de interés, la de menor cupón experimentará un mayor cambio relativo de precio. Esto supone que, en el entorno actual de tipos de interés en mínimos históricos, incluso negativos, si las subidas de tipo de interés son significativas, el impacto en la valoración de la renta fija puede ser espectacular. Afortunadamente, de darse dicho escenario, lo sería de forma progresiva lo que permitiría una cierta adaptación.
Pero al inicio de estas notas hablamos del patrimonio de los fondos de inversión de nuestro país en el mes de octubre de 2021. Pues bien, del total de fondos de renta fija nacionales, más de la mitad lo eran de renta fija a corto plazo. Si acudimos a Malkiel de nuevo, su tercer principio nos decía que, si dos emisiones difieren únicamente en el plazo que resta hasta el vencimiento, para un mismo tipo de interés, la emisión de mayor plazo experimentará un mayor cambio de precio.
Si comparamos el bono que habíamos adoptado como ejemplo con un bono con las mismas características, pero con un plazo a cuatro años, tenemos que su valor teórico con los interese al 4% es:
Si el tipo de interés de mercado se incrementa al 5,0% su valor teórico pasa a ser de 1.109,07 €.
Como vemos el precio teórico ha disminuido 36,72 €, un 3,48%, sustancialmente más que en el bono de vencimiento dos años.
Por estos motivos, la subida de los tipos de interés va a tener un impacto relevante en la renta fija. Recordemos, sin embargo, que los inversores particulares no suelen invertir en renta fija comprando directamente los títulos, ya que lo más frecuentes es que lo hagan a través de fondos de inversión de estas características. Del total del patrimonio de los fondos de renta fija (64,5 mil millones de euros en octubre) sólo un 14% (11,9 mil millones) estaba en posesión de las familias españolas directamente.
En el caso de los fondos de inversión, es lógico pensar que el gestor de un fondo, que por vocación del fondo deba mantener posiciones en renta fija, ante una previsible subida de los tipos de interés no puede desinvertir sin más para evitar su disminución de valor. Pero puede hacer otras cosas.