El mercado de divisas es el más grande del mundo, con un volumen diario de operaciones equivalente a más de 6,5 billones de dólares. El hecho de que las fluctuaciones en los tipos de cambio puedan tener un impacto significativo en las cuentas de pérdidas y ganancias de las empresas hace que la tarea de predecir los movimientos de las divisas se convierta en una herramienta importante para proteger sus resultados.
Si bien muchos inversores identifican patrones en los precios históricos para determinar las fluctuaciones a corto plazo, generalmente son factores contextuales, ya sean políticos, económicos, monetarios o psicológicos, los que determinan el comportamiento de la moneda a medio-largo plazo.
Pronosticar los movimientos de las divisas con una metodología de análisis fundamental, sin utilizar el análisis técnico o chartista, lleva a centrarse en un conjunto de características que combinan aspectos políticos, económicos, financieros, realidades fiscales, monetarias que afectan a los países y a sus monedas
Entre las principales áreas que son objeto habitual de escrutinio por parte de los analistas, se encuentran las siguientes:
Política monetaria de los bancos centrales
Es uno de los determinantes más importantes para los tipos de cambio y, en particular, para las expectativas de los tipos de interés futuros. Un banco central que adopte un sesgo agresivo e indique un endurecimiento en la política monetaria y tasas de interés más altas generalmente desencadenará una apreciación en la moneda nacional. Un sesgo moderado, que apunte a una flexibilización de la política monetaria y tasas de interés más bajas, conducirá a una depreciación de la moneda nacional. La mayoría de los bancos centrales basan su política monetaria en las perspectivas de inflación del país. Así, una inflación por debajo del objetivo, generalmente se cumple con recortes de tipos, y una inflación por encima del objetivo responde a alzas de tipos.
Los responsables de la política monetaria también tienen en cuenta las perspectivas de crecimiento del país, la solidez de su mercado laboral y, en algunos casos, el tipo de cambio del país. En este sentido, los indicadores más importantes son las tasas de interés del banco central y el valor de las compras de activos. Es necesario recordar, además, que los bancos centrales comunican sus decisiones en materia de política monetaria a través de declaraciones, actas de reuniones, conferencias de prensa y proyecciones macroeconómicas.
Desempeño y perspectivas macroeconómicas
Los diferenciales de crecimiento entre países son una de las principales herramientas que se utilizan para pronosticar el comportamiento de las monedas. Para medir el desempeño económico, los analistas observan indicadores que incluyen el PIB, los índices de gerentes de compras (PMI), las ventas minoristas, los pedidos de bienes duraderos y la producción industrial. La salud del mercado laboral de un país es también un factor clave que indica su situación económica. Por tanto, se presta mucha atención a indicadores como las tasas de desempleo y crecimiento salarial en el resto del mundo.
La fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de un país
Los indicadores económicos son el medio por el que se puede medir la salud económica de un país. Es un aspecto particularmente importante para las monedas de los mercados emergentes. Estas variables se pueden medir observando indicadores como la balanza comercial y los datos de la cuenta corriente, las reservas de divisas (en relación con el valor de los meses de importaciones) y las cuentas financieras.
Sentimiento global hacia el riesgo
La percepción del riesgo en el mercado por parte de los inversores se puede medir mediante indicadores de seguimiento, tales como los índices de acciones, rendimientos de bonos soberanos, índices de divisas de mercados emergentes y flujos hacia divisas consideradas como activos refugio. Durante las etapas de incertidumbre, los inversores tenderán a favorecer las divisas de menor riesgo, conocidas como monedas «refugio». Durante los períodos de auge, en los que los inversores se sienten confiados, tienden a favorecer las divisas de mayor riesgo, incluidas las de los mercados emergentes.
Política Fiscal
El examen de la política fiscal se lleva a cabo mediante la revisión de una serie de ratios, como la deuda con respecto al PIB, el déficit con respecto al PIB, la estructura de la deuda (el porcentaje de deuda que está denominada en moneda extranjera) y el coste del servicio de la deuda del país.
Materias primas
Para los países que dependen en gran medida del sector primario, los precios de las materias primas son importantes para predecir el comportamiento futuro de sus monedas. Los analistas vigilan de cerca los precios del petróleo Brent y del West Texas, en particular, así como los índices de precios de materias primas generales.
Entorno político y geopolítico
El entorno político y geopolítico de un país puede ser más o menos propicio para atraer inversión extranjera y fomentar el crecimiento económico. Los inversores generalmente reaccionan desfavorablemente a una desviación del ‘statu quo’ político y tenderán a vender la moneda del país durante sus periodos de incertidumbre.
Recientemente, el banco central de Turquía ya sorprendió al mercado con una rebaja de los tipos de 100 puntos básicos. Un descenso hacia niveles próximos al 17% situaría los tipos de interés muy por debajo de la tasa actual de inflación. El IPC en Turquía se disparó al 19,58%, sus máximos en dos años y medio, y las presiones inflacionistas procedentes del petróleo no cesan con el barril de Brent en sus niveles más altos en tres años.
Los analistas disiparon las dudas sobre la determinación del banco central de Turquía de seguir adelante con su política de rebajas de tipos a raíz del reciente cese de dos de los consejeros que mostraron su desacuerdo con la decisión adoptada en septiembre de recortar los tipos en 100 puntos básicos. Esta renovación reavivó la sombra del intervencionismo del presidente del país en el banco central. Tayyip Erdogan se ha manifestado reiteradamente como un enemigo de las subidas de tipos, y recientemente había solicitado rebajas en las tasas de interés para favorecer la recuperación económica.
La combinación del intervencionismo del Gobierno en el banco central y la línea poco ortodoxa de su política monetaria ha ampliado la desbandada de los inversores. El resultado es un nuevo mínimo histórico de la lira turca en la jornada de hoy. Ya son necesarias 10,9 liras para completar el cambio de un euro.
A raíz de los ceses en el banco central, los analistas destacan que «el hecho de que la política monetaria en Turquía ya no sea políticamente independiente se afianza», y «eso no es un buen augurio para la lira turca». Según recalcaba la firma alemana, tras el nuevo intervencionismo en el banco central «los participantes del mercado que esperaban una reversión de la política monetaria turca tienen cada vez menos motivos para hacerlo».
Todos estos factores indican hacia una importante depreciación en el futuro de la lira turca, debido a que sus fundamentos macroeconómicos (política monetaria, estabilidad, inflación, independencia de las instituciones…) justificarían la pérdida de valor de la divisa. Los inversores tenderán a desprenderse de la lira turca hacia otras monedas más seguras, estables y de menor inflación.
Hay numerosos indicadores económicos que pueden utilizarse para evaluar los fundamentos del mercado de divisas. Es importante tomarse el tiempo necesario no sólo para ver las cifras, sino también para entender lo que significan y cómo afectan a la economía de un país. Cuando se utilizan correctamente, estos indicadores pueden ser un recurso inestimable para cualquier operador de divisas.
Fuentes: IDD Consultoría, Juan Mascareñas, Expansión