Como vemos la cuota es descendiente desde los 19.666,67 € iniciales hasta los 16.916,67 € de la última cuota. Si lo comparamos con el método de cuota constante que arrojaba una cuota igual para todos los períodos de 18.336,00 €, el método lineal supone un esfuerzo superior al inicio, que va descendiendo con el paso del tiempo.
Muy posiblemente, un consumidor estaría más interesado en un método de cuota variable que fuera creciente y que supusiera un menor esfuerzo al inicio. De esta manera, podría hacer frente a las cuotas posteriores con unos ingresos superiores en caso de incrementos futuros, y haría el esfuerzo menor al poder destinar parte de los ingresos al inicio a otras obligaciones.
Siguiendo con nuestro ejemplo, supongamos ahora que partiendo del método de cuotas constantes y manteniendo el resto de condiciones iguales, se pacta un incremento cada año de la cuota trimestral de 1.000 €. Es decir se sumarían 1.000 a la cuota total a pagar en cada trimestre. Diríamos que estamos ante cuotas ascendentes aritméticamente.
Para calcular la primera cuota la expresión que utilizamos es la siguiente:
Siendo a la primara cuota, C0 el importe del préstamo, j el tipo de interés nominal anual, m el número de términos de amortización en un año, d la razón de la progresión (que puede ser positiva o negativa) n la duración de la operación, e i el tipo de interés efectivo anual.
Recordemos que el tipo de interés efectivo anual (o TAE) se calcula partiendo del tipo de interés nominal y de la frecuencia de capitalización: i = (1 + N/f)
f – 1.
En nuestro ejemplo el tipo efectivo anual es i = (1 + 0,06/4)
4 – 1 = 0,06136
Calculamos la primera cuota de nuestro ejemplo:
Para el importe de la cuota total colocamos el importe calculado, así como la de los intereses, siendo la cuota de amortización de capital la diferencia. El capital amortizado y el capital pendiente se obtienen por diferencia.
Procedemos para el resto de cuotas del año, e incrementamos la cuota en 1.000 € al inicio del segundo y del tercer año.
Otra posibilidad quizás más frecuente, es que en lugar de incrementar la cuota cada año, se incremente en cada período. En este caso, de nuevo la clave está den calcular la cuota inicial que sería:
Siendo a la primara cuota, C0 el importe del préstamo, j el tipo de interés nominal anual, m el número de términos de amortización en un año, d la razón de la progresión (puede ser positiva o negativa) n la duración de la operación, e i el tipo de interés efectivo anual.
Calculamos la primera cuota de nuestro ejemplo que en este caso se incrementará en 250 € trimestrales:
Seguimos la mecánica habitual, incorporamos la cuota total en el cuadro de amortización, calculamos los intereses como siempre, y por diferencia obtenemos la amortización del capital.
Confeccionamos el resto del cuadro de amortización.
Otra posibilidad es que en lugar de incrementar la cuota total, lo que se incremente sea la cuota de amortización de capital. En este caso la expresión para obtener la primera cuota sería:
Siendo, aK la parte de amortización de capital de las primeras cuotas, C0 el principal del préstamo, del incremento anual de la cuota de amortización y n el número de períodos. En nuestro ejemplo si suponemos que la cuota se incrementa en 1.000 € cada año:
Para el cuadro de amortización utilizamos el mismo esquema de siempre, en el que introducimos el capital a amortizar, los intereses del período calculados sobre el capital pendiente, y la cuota total del período como suma de ambos.
Confeccionamos el resto del cuadro de amortización.
Como en los casos anteriores, el método permite que en el último período el capital quede totalmente reembolsado.
De nuevo, este último método podría adaptarse a incrementar la cuota cada período en lugar de hacerlo anualmente, como hemos mostrado en el ejemplo anterior.
Por otro lado, también es posible establecer un método de términos de amortización variables en progresión geométrica, cada año o cada período, sea respecto a la cuota o respecto a la amortización de capital. Para no extendernos en exceso, dejamos su desarrollo para otra ocasión.
Hasta aquí hemos visto distintos métodos de amortización que comparativamente para un mismo préstamo ofrecía distintas alternativas que obtenían el mismo resultado final: el reembolso total del capital y de los intereses pactados. El siguiente cuadro resume los distintos métodos vistos:
El cuadro representa una buena imagen de cómo, en función del método escogido, se puede adaptar el servicio de la deuda a las características particulares de cada prestatario, sin que ello suponga en absoluto comprometer el cobro por parte del prestatario de todas las cantidades pactadas.
Fuente: IDD Consultoría